El uso de fregadoras industriales se está imponiendo con fuerza en el sector de la limpieza de grandes superficies. Se debe al sencillo motivo de que estas máquinas son capaces de realizar tales tareas de una forma más profunda y rápida. Además, cuentan con elementos de última tecnología que ayudan aún más al operario que las conduce. Por ejemplo, algunos modelos han incorporado señales acústicas cuando se marcha hacia atrás o indicadores internos del nivel de la batería. Asimismo, permiten la realización de una variada gama de funciones: lavado, secado o ambos a la vez.
En cuanto a la persona que las debe manejar, todo son comodidades. Esta cuenta con una visibilidad completa en todos los ángulos. Y, en lo que respecta a la durabilidad de las fregadoras, pueden llegar a alcanzar las cuatro horas seguidas sin necesidad de recargarse. Igualmente resultan muy manejables para ser trasladadas en ascensor o para entrar por puertas estrechas. Algunos cepillos, por su parte, pueden llegar a alcanzar las 180 revoluciones por minuto y abarcan un amplio espectro de barrido, mientras que el motor de aspiración se encuentra completamente protegido de la espuma de limpieza que se crea y, por tanto, de la humedad.
Otro de los factores clave por el cual decidirse por una fregadora industrial en detrimento de realizarlo de manera manual estriba en el ahorro de gastos. A su vez, tanto los mandos como los asientos tienden a adoptar formas ergonómicas y su manejo se realiza de un modo bastante intuitivo. Asimismo, suelen componerse de diferentes cepillos centrales y laterales en función del tipo de suelo. Algunos de los modelos cuentan incluso con un mecanismo denominado «levanta-flap», que consiste en recoger la basura más voluminosa simplemente apretando un botón desde el asiento del conductor. En suma, las fregadoras industriales realizan un trabajo óptimo, completo y versátil.